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Ya ha pasado más de un mes desde que Bitcoin (BTC) cayó en poco más de 72 horas casi 2.000 dólares, si el 22 de septiembre cotizaba a 10 000 dólares, el 26 ya había pulverizado la barrera psicológica de los 9.000 dólares, y cada BTC ya valía tan solo 8.100 dólares. El mínimo se marcó el 6 de octubre, cuando un BTC cotizaba a 7.880 dólares.

La caída de BTC arrastró a todos los activos consigo, menos a las stablecoins, como Tether, ya que este tipo de criptomonedas están vinculadas a activos tradicionalmente menos volátiles que las criptomonedas, por ejemplo, el dólar.

Razones de la caída

Poco antes del desplome se firmó el primer contrato de futuro de bitcoin de Bakkt a un precio de 10 115 dólares, algo que según los analistas debía haber insuflado un impulso alcista importante a BTC, aunque como pudimos comprobar los acontecimientos no se desarrollaron de la manera esperada.

¿Por qué se esperaban con tantas ganas los contratos de futuro de BTC? Los contratos de futuro habían sido propuestos hasta dos veces por los reguladores, y aparentemente habían generado una gran expectación. La diferencia es que los futuros se liquidarían físicamente con BTC, serían contratos de entrega, no contratos de derivados. Además, Bakkt actuaría como custodio de los tokens de sus clientes, protegiéndolos de posibles alteraciones o robos.

Una vez lanzados debían atraer gran cantidad de inversores a los cuales les resultaría enormemente atractivo negociar criptomonedas en una plataforma avalada por los organismos reguladores de los Estados Unidos.

Pero ocurrió todo lo contrario, Bakkt fue recibido con tibieza y BTC sufrió una alarmante caída que, sin embargo, pudo ser rápidamente contenida, ya que llevamos un mes con ligeras caídas y subidas que siempre andan rondando los 8.100 dólares por encima y por debajo, con un máximo de 8.600 dólares el 9 de octubre y el mínimo 3 días antes, con 7.880 dólares.

Situación actual del BTC

Una vez pasada la tormenta parece que además del comercio sobre el precio del bitcoin y la inversión que venía desarrollándose, ya fuera el trading o directamente la compraventa de criptomonedas en las exchanges, podría afianzarse el modelo de Bakkt, aunque aún es demasiado pronto para formarse una opinión definitiva.

Hace una semana BTC cotizaba a 8.280 dólares y las opiniones siguen estando divididas con respecto a su futuro, hay quienes ven un futuro brillante a la vuelta de la esquina basándose en el interés que megacorporaciones y estados están prestando a las criptomonedas. De hecho, estamos a menos de un año del lanzamiento previsto de Libra, la criptomoneda de Facebook y cada vez es mayor la lista de países con planes de lanzar su propia criptomoneda, países que incluyen todas las ideologías y tipos de naciones, desde teocracias hasta regímenes comunistas, desde micronaciones hasta países con cientos de millones de ciudadanos.

Otro punto a favor de BTC es que su número es finito, actualmente hay minados unos 18 millones, y el número máximo es de 21 millones, una vez minado ese último BTC nunca jamás se creará uno nuevo, por lo tanto, en la teoría, la inflación no devorará el ahorro que tengamos almacenado en forma de BTC.

Por otra parte, tenemos a los analistas que consideran que estamos en una fase más del pinchazo de la burbuja de las criptomonedas. Además, la criptomoneda de Nakamoto sigue sin ser vista con buenos ojos por parte de bancos centrales y ministerios de economía, ya que ven en la descentralización un peligro para la soberanía de las naciones, algo que también puede asustar a inversores más tímidos o desagradar a los más conservadores.

Por último, aunque BTC es la que más valor tiene de forma individual y global (acumula un porcentaje enorme de la capitalización global de las criptomonedas) es en este último punto donde pierde a pasos agigantados, ya que a pesar de que la masa monetaria crezca, la aparición de nuevas criptomonedas que atraigan el interés de los inversores hará que disminuya el porcentaje de dicha masa que pertenezca a BTC.